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Nunca sueño
con el templo de Bethel.
Niego con firmeza
la hendidura en el cielo.
Esta no es la gramática sagrada
que aprendieron mis padres.
Si el lobo come de mi mano,
sólo es un ardid de poeta.
Francisco R. Hernández, de Día de las aguas
2 comentarios:
He llegado acá lanzada desde el otro blog. ¡Es que Ud. es un poeta!
Disculpe, pero no lo conocía.
Poesía desnuda, límpida, certera.
El poema del cuarzo y el pájaro es extraordinario, alcanza una elevación Zen.
Es un regalo haberlo descubierto.
Saludos
Muchas gracias, Ana.
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